La ilusión de querer cambiar a los otros
- Coni Marchant
- 26 jul 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 sept 2023
Es muy comĆŗn esperar que una persona cambie āsolo un poco, aquĆ y allĆ”ā para que nuestra relación (amorosa, familiar, o de trabajo) mejore. Pero ĀæquĆ© tan real es esperar que el otro cambie por mĆ?
En diversas ocasiones podemos encontrarnos involucrados en relaciones en las que no estamos cómodos, tenemos un jefe que no nos trata como se debe, un familiar que hace cosas que no nos gustan, o nuestra pareja no cumple con nuestras expectativas. Los conflictos internos comienzan cuando esperamos que el otro cambie para que nosotros estemos satisfechos con la relación.
Sin embargo, esperar que otra persona cambie de alguna manera significa que queremos controlarla, que queremos que actĆŗe de la manera que a nosotros nos parece correcta y de acuerdo a nuestras expectativas o valores. Pero Āæes realista querer controlar como actĆŗa el otro? ĀæTenemos el poder de controlar lo que otros adultos hacen, dicen o piensan?
La oración de la serenidad, utilizada en diferentes contextos, invoca a la sabidurĆa interna para ser capaces de distinguir lo que podemos cambiar de lo que no, en este caso, de cómo actĆŗan las personas. Por ejemplo, si fuera al revĆ©s y alguien nos pide que cambiemos, siempre tenemos la opción de decidir quĆ© hacer, incluso podrĆamos decidir no hacer nada. Una vez una persona muy sabia me dijo āno decidir, es tambiĆ©n tomar una decisiónā.
Por eso antes de comenzar a enumerar todos los problemas que esa otra persona trae a la relación es importante saber cuĆ”les son mis lĆmites, cuĆ”les son mis expectativas y cómo puedo navegar mis emociones antes de tener las (falsas e ilusas) expectativas de poder controlar como los otros viven sus vidas.
Como siempre las respuestas no son triviales, y menos en relaciones tan cercanas como el jefe directo, los padres o la pareja, los primeros que se ven afectados en este juego de poder, pero aplicando herramientas de coaching de vida sabremos cuando llega el momento de sacar la valentĆa que llevamos dentro para poner lĆmites (y a veces la distancia) que se requieren para llevar relaciones sanas y entender cuando se tornan abusivas.
Mirando hacia a atrĆ”s recuerdo un jefe que maltrataba y abusaba a gritos de sus subordinados, entre los que yo me encontraba. No estaba en una posición de ponerme a su altura a gritarle de vuelta, tenĆa miedo de perder mi empleo, tampoco me correspondĆa a mĆ decirle a un adulto como se debĆa comportar. Lo que sĆ podĆa controlar eran mis propias decisiones al respecto. Hoy, le estoy tremendamente agradecida, si no hubiera vivido esa situación no me habrĆa decidido por un cambio radical de vida que ahora me trae mĆ”s gratificación profesional y personal que nunca.
ĀæCómo te va a ti tratando de cambiar a las personas? ĀæHas tenido Ć©xito o es mĆ”s bien una ilusión? Si resuenas con este artĆculo, hĆ”zmelo saber y conectemos.